¿QUÉ SON LOS JAMONES FUERA DE NORMA?

Cuando hablamos de jamón ibérico, automáticamente pensamos en calidad, tradición y sabor. Pero, ¿qué ocurre con los jamones fuera de norma? Este término puede sonar a algo negativo si no se conoce su significado, pero nada más lejos de la realidad. Los jamones fuera de norma destacan por su calidad y sabor, aunque no cumplen todos los requisitos que se recogen en la normativa del ibérico (Real Decreto 4/2014).

Normativa del ibérico: ¿qué dice la ley?

Para entender qué significa que un jamón esté «fuera de norma», primero hay que hablar de la normativa del ibérico, recogida en el Real Decreto 4/2014. Esta regulación establece los criterios de calidad que deben cumplir los productos ibéricos para obtener su denominación oficial. Entre ellas, se encuentran:

• La raza del cerdo.
• Su alimentación (bellota, cebo o cebo de campo).
• Manejo y hábitat.
• Tiempos mínimos de curación.
• Peso y edad del animal.

Aunque esto garantiza la calidad de los productos, no siempre se ajusta a la realidad de todos los jamones. Solo aquellos que cumplan al 100% estos criterios pueden llevar las etiquetas ibéricas: negra, roja, verde o blanca. Pero, ¿qué pasa con los que no alcanzan todos los requisitos? Aquí entran en juego los jamones fuera de norma.

¿Por qué un jamón puede quedar fuera de norma?

Los jamones fuera de norma son aquellos que, por alguna razón, no cumplen estrictamente con algún punto del Real Decreto. Algunos ejemplos de no cumplimento de esos requisitos pueden ser:

1. Edad del animal. Si el cerdo no ha alcanzado la edad mínima en el momento del sacrificio (14 meses para bellota, 10 meses para cebo), no cumple con la normativa.
2. Montanera fuera de fecha. La última etapa de engorde con bellota debe realizarse entre octubre y diciembre. Si el animal no cumple este calendario, su jamón queda excluido de la norma.
3. Merma durante el curado. A veces, aunque el jamón comience dentro de norma, puede perder más peso del esperado durante su proceso de curación, quedando finalmente fuera de los estándares establecidos.
4. Peso insuficiente. Los cerdos deben alcanzar un peso específico al entrar y salir de la montanera. Si no lo logran, sus jamones no podrán etiquetarse como ibéricos.
5. Burocracia o costes. En algunos casos, los ganaderos no certifican sus productos debido a los costes asociados o por no completar los trámites necesarios.

Estas diferencias son menores para el consumidor (pues no implica que sean de menor calidad), pero suficientes para que el jamón no entre dentro de la normativa ibérica. De hecho, muchos jamones fuera de norma provienen de cerdos criados con el mismo mimo y alimentación que los catalogados como ibéricos. Sin embargo, debido a alguna de estas diferencias, no pueden llevar la famosa etiqueta ibérica.

¿Por qué comprar un jamón fuera de norma?

Si buscas disfrutar de un buen jamón a un precio más asequible, los jamones fuera de norma son una opción excelente pues ofrecen una buena relación calidad-precio. Aunque no cuenten con la etiqueta ibérica, mantienen características que los hacen irresistibles:

• Sabor y aroma. Muchos de ellos son indistinguibles, en cata, de los jamones certificados.
• Curación adecuada. Pasan por largos procesos de curación que garantizan su exquisitez.
• Relación calidad-precio. Al no estar sujetos a la normativa, suelen tener precios más competitivos.

En Sabas Jamones, sabemos que lo importante es el sabor. Por eso, seleccionamos cuidadosamente nuestros jamones fuera de norma para garantizar que sean piezas de calidad, perfectas para cualquier ocasión.